lunes, 1 de marzo de 2021

La dirección no responde, la plantilla sí.

 El pasado jueves 25 se ha celebrado la reunión de la comisión de Formación solicitada el 20 enero. A ella solo han acudido dos personas por parte de la dirección, el coordinador de Personas y Talento, Sr. Domínguez y la gestora de Talento, Sra. Gaztelu. Son sorprendentes las ausencias pues la mayor parte de los temas a tratar tenían que ver con Producción y con los acuerdos firmados por la dirección en julio de 2019 y enero de 2020.

La falta de representación se hace más grave cuando lo que nos vienen a trasladar en la reunión es que no van a cumplir con ninguno de los puntos fundamentales recogidos en los acuerdos alcanzados en esas fechas. Es decir: no se va a crear la formación Dual; ni formar a las 33 personas acordadas; tampoco contratarán a las personas que se están formando actualmente, de hecho, ni siquiera las terminarán de formar; cuando acaben sus contratos las personas del primer curso, se le incluirá en una bolsa, que no explican cómo funciona; tampoco se desarrollará el acuerdo para cubrir las ausencias de más de 10 días en jornada ordinaria, etc. 

La dirección tiene que saber que incumpliendo su palabra constantemente socava de forma irreparable la relación laboral. Una vez perdida la confianza, ¿qué nuevos acuerdos se pueden alcanzar con esas personas? Qué nos asegura que van a cumplir sus compromisos de seguridad, por ejemplo. Con qué autoridad nos pueden exigir que cumplamos con nuestras responsabilidades. Es un abuso inaceptable. 

Hasta la fecha la plantilla está demostrando una actitud responsable, a la altura de las circunstancias. Sin embargo, desde la dirección solo se piden esfuerzos a una parte, mientras se envían mensajes contradictorios. Amenaza con un ERTE el 9 de febrero, generando incertidumbre, y no hemos vuelto a tener noticias. ¿Se puede trabajar con seguridad sin saber si la semana siguiente se estará en el paro? Esta debe de ser la relación laboral que pretenden. Al final no es nada nuevo, sus pérdidas las llaman crisis y quieren que las paguemos las de abajo. 

Ante esta situación debemos actuar. No podemos esperar que la solución venga de quienes están llevando la empresa a esta decadencia, en la que nada funciona y no se respeta la palabra ni los acuerdos. No vale solo con judicializar el tema, que es el campo en el que mejor juegan, hay que poner en tela de juicio su impunidad, protestando con todas las herramientas. Es necesaria la implicación de todos y todas. Nuestro futuro está en juego.