domingo, 30 de abril de 2017

Respeto a las decisiones de la Asamblea de Fábrica





En la asamblea celebrada el pasado jueves, se planteó qué hacer frente a la postura de la dirección de no aplicar lo pactado en la cláusula de revisión del acuerdo firmado en noviembre de 2016. Según todas las fuerzas sindicales presentes, el espíritu de este acuerdo no es otro que el mantenimiento del poder adquisitivo. A pesar de ello la dirección ha incumplido su palabra aplicando una revisión del 0,2% cuando el mínimo es un 0,5%, emplazando al comité a judicializarlo

Las propuestas lanzadas desde los sindicatos representan a la perfección los dos modelos sindicales presentes en nuestro comité. El modelo de acompañamiento (opción 2 en la votación) y el modelo de la dignidad (opción 1) como premisa para establecer relaciones de igual a igual. Por una parte se propone judicializar el asunto y continuar negociando como si no pasara nada. Por otra exigir el cumplimiento de lo pactado antes de seguir negociando y, si esto no se diera, movilizarse para hacer recapacitar a la dirección convocando una huelga de nueve días antes del 15 de junio.

Además, en los objetivos concretos de la convocatoria de huelga se incluyen otras cuestiones que hacen referencia a la misma idea, cumplmiento de los acuerdos en el aspecto de contratación, cubriendo todos los puestos de estructura con contratos fijos, y el no rotundo a la subcontratación de labores de producción como es el caso del cargadero de Fuel Oil.

Pero la razón profunda para realizar esta convocatoria es la indignación de gran parte de la plantilla por la falta de respeto en cuestiones básicas que deterioran la relación laboral. Algunos ejemplos pueden ser los constantes problemas generados por la Gestión de Tiempo, la deriva sancionadora, la falta de cobertura, todas ellas cuestiones relacionadas con el cambio de modelo que se viene padeciendo los últimos años en la refinería. Cuestiones que un sindicato de clase debe saber leer.

El resultado, de 224 votos a favor de la movilización frente a 160, deja clara la importancia de mantener una Asamblea de Fábrica a la cual someter estas decisiones. Desde TU planteamos que siempre hemos asumido sus mandatos y que lo seguiremos haciendo. Sin embargo, en la discusión suscitada al respecto, hay grupos sindicales que abiertamente han declarado no respetar el resultado, pretendiendo judicializar el incumplimiento aunque la decisión sea en el sentido contrario.

Esta cuestión nos parece sumamente importante y consideramos que desde las mismas bases sociales de estos grupos sindicales se debe cuestionar a las ejecutivas, que ponen por encima de lo colectivo decisiones particulares. Entendemos que si no se va a respetar lo que se decida lo correcto es no participar en la votación.

lunes, 10 de abril de 2017

Sanciones en Terminal Marítima: la cultura del miedo




Durante el pasado mes han sancionado a dos compañeros de la Terminal Marítima con 30 y 45 días de empleo y sueldo respectivamente. Los motivos que argumenta la dirección para tan graves sanciones han sido falta de confianza en las labores encomendadas, negligencia, desidia y desobediencia a las órdenes de un superior.

Desde el Comité de Empresa se han presentado pliegos de descargo defendiendo la labor de nuestros compañeros y demostrando la buena fe en sus actuaciones. Esta buena fe es uno de los límites que se deben de tener en cuenta a la hora de sancionar, pues según los principios de la cultura equitativa declarados por la propia dirección,   castigar a quien actúa de buena fe puede tener graves consecuencias. Entre ellas la ocultación de acciones incorrectas o irregularidades en los procesos, que a su vez impiden la mejora o corrección de los mismos.

En contra de este principio equitativo, la dirección decide sancionar severamente a estos compañeros, continuando con una práctica que parece habitual en el departamento de Tanques. En este departamento, de hecho, se han abierto más de 15 expedientes en los últimos dos años, cifra que resulta muy desproporcionada en comparación con el número de expedientes abiertos en el resto de la refinería.
Esta situación se puede entender de varias maneras. En primer lugar, indica que la jefatura del departamento es incapaz de mantener unas relaciones de trabajo sanas, tal como se refleja en los resultados de la evaluación del riesgo sicosocial, que han sido muy deficiente en todo el departamento. En segundo lugar, estos expedientes encubren el incumplimiento de otras responsabilidades de la dirección, como son el deterioro generalizado de las instalaciones, las malas prácticas admitidas durante años y los errores en las inversiones.

Otra vertiente perversa de esta política tiene que ver con la aplicación unilateral de la justicia por parte de la dirección. Cuando se sanciona a alguien se le estigmatiza en la organización, y a pesar de que luego se pueda ganar en un juicio, nunca se repara el daño moral acarreado a la persona sancionada. Además, con esta política se genera un ambiente de tensión en un colectivo que ya está saturado de responsabilidades, y que se ve constantemente en la dificultad de elegir si actuar por norma o seguir las instrucciones de la cadena de mando, sabiendo que nunca se ha sancionado a la jefatura por su responsabilidad en hechos suficientemente graves que han venido ocurriendo hasta la fecha.

Antes o después tendremos que enfrentarnos como colectivo a esta deriva sancionadora. Pues estos abusos siempre comienzan por las personas más débiles y avanzan creando un clima de sumisión, incluso frente a actitudes claramente injustas. Por nuestra parte, acudimos una vez más a los juzgados para defender la labor de nuestros compañeros en estos casos concretos. Pero también os animamos a continuar observando estrictamente las normas y denunciar las irregularidades que afecten vuestro trabajo como forma de respuesta a esta cultura del miedo.