De las palabras
a los hechos
Tras el resultado de la última asamblea en
la refinería se vive una tensa calma, la empresa no acaba de convocar a la Mesa
Negociadora y esto quiere decir que no se avanza, lo cual ciertamente es
preocupante, sobre todo si como parece la reducción de la ultractividad se
lleva a un año desde la fecha de publicación del Decreto Ley, es decir que en
febrero de 2013 debemos de tener el convenio firmado, si no queremos vernos en
una situación inédita.
Esta puede ser una primera toma de
contacto con la envergadura de la reforma que estamos sufriendo y a su vez nos
debiera de servir para valorar la necesidad de atajarla en el único ámbito
posible que nos queda, que no es otro que la negociación del convenio
colectivo. Cuestión que tampoco es nada fácil, pues está claro que uno de los
ejes fundamentales de la reforma es dificultar la negociación colectiva con el
ánimo de hacernos perder capacidad de respuesta, y por lo tanto poder
adquisitivo, a las y los trabajadores.
Por otra parte esta reforma está siendo
contestada por los sindicatos mayoritarios de forma contundente en algunos
sectores como el convenio provincial del metal donde se realizan movilizaciones
mantenidas en el tiempo para poder blindarlo, o, sin ser consecuencia directa
de la reforma, en las cuencas mineras, donde tanto UGT como CCOO están saliendo
a la calle para neutralizar este gran robo de derechos que es la reforma y las
políticas de recortes. Este es el precio de la paz social y sólo se consigue
con fuerza.
En la refinería si aceptáramos la oferta de
la empresa, tal y como proponen CCOO y UGT, negociando los términos de la parte
económica e incluyendo contratación del último curso, llevar a fijos los contratos
de URF, mejoras de género, conciliación, distribución de la cobertura, etc. nos
encontraríamos frente a la posibilidad de que la empresa se descuelgue de lo
pactado a renglón seguido de firmarlo, pues con los resultados económicos ya
cumple de hecho las condiciones necesarias para hacerlo. En esta situación ¿estarían
estos sindicatos dispuestos a luchar por blindar el convenio como forma de
garantizar lo firmado?
Desde TU
consideramos necesario dejar clara esa
voluntad, más allá de notas y discursos, pasando a la acción con la seguridad
que da el saber que no estamos pidiendo más que asegurar lo que hemos ganado
con grandes esfuerzos.
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