jueves, 28 de junio de 2012


De las palabras a los hechos


Tras el resultado de la última asamblea en la refinería se vive una tensa calma, la empresa no acaba de convocar a la Mesa Negociadora y esto quiere decir que no se avanza, lo cual ciertamente es preocupante, sobre todo si como parece la reducción de la ultractividad se lleva a un año desde la fecha de publicación del Decreto Ley, es decir que en febrero de 2013 debemos de tener el convenio firmado, si no queremos vernos en una situación inédita.

Esta puede ser una primera toma de contacto con la envergadura de la reforma que estamos sufriendo y a su vez nos debiera de servir para valorar la necesidad de atajarla en el único ámbito posible que nos queda, que no es otro que la negociación del convenio colectivo. Cuestión que tampoco es nada fácil, pues está claro que uno de los ejes fundamentales de la reforma es dificultar la negociación colectiva con el ánimo de hacernos perder capacidad de respuesta, y por lo tanto poder adquisitivo, a las y los trabajadores.

Por otra parte esta reforma está siendo contestada por los sindicatos mayoritarios de forma contundente en algunos sectores como el convenio provincial del metal donde se realizan movilizaciones mantenidas en el tiempo para poder blindarlo, o, sin ser consecuencia directa de la reforma, en las cuencas mineras, donde tanto UGT como CCOO están saliendo a la calle para neutralizar este gran robo de derechos que es la reforma y las políticas de recortes. Este es el precio de la paz social y sólo se consigue con fuerza.

En la refinería si aceptáramos la oferta de la empresa, tal y como proponen CCOO y UGT, negociando los términos de la parte económica e incluyendo contratación del último curso, llevar a fijos los contratos de URF, mejoras de género, conciliación, distribución de la cobertura, etc. nos encontraríamos frente a la posibilidad de que la empresa se descuelgue de lo pactado a renglón seguido de firmarlo, pues con los resultados económicos ya cumple de hecho las condiciones necesarias para hacerlo. En esta situación ¿estarían estos sindicatos dispuestos a luchar por blindar el convenio como forma de garantizar lo firmado?

Desde TU consideramos necesario dejar clara  esa voluntad, más allá de notas y discursos, pasando a la acción con la seguridad que da el saber que no estamos pidiendo más que asegurar lo que hemos ganado con grandes esfuerzos.

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