En la refinería de Muskiz la negociación de convenios colectivos ha ido siempre asociada a conflictividad. En los años que lleva nuestra sección sindical en la empresa no recuerdo convenio sin medidas de presión, quizá por eso aún mantenemos diferencias sustanciales con el resto de refinerías del grupo empresarial que nos gestiona.
En diciembre realizamos el último periodo de huelga en relación con la negociación del convenio. Una vez terminado, la empresa nos comunica su intención de no arrancar ciertas unidades debido a los bajos márgenes. Ese mismo fin de semana del 7 de enero aparece la noticia del ERE en las portadas de la prensa.
Desde nuestro punto de vista no se justifica una medida con otra, ya que consumir las horas acumuladas no va a mejorar los bajos márgenes. Además en estos momentos, debido al fuerte cambio generacional producido en la refinería, es necesario aumentar el índice de conocimiento de unidades para evitar los problemas de doblajes que se producen entre el personal de turnos y esta es una buena ocasión.
Por otra parte es difícil de justificar un ERE en una empresa con beneficios que durante el mes de enero de 2012 ha superado las 3000 horas extras y con la previsión de varias paradas de mantenimiento programadas en base a jornadas que superan las ocho horas.
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