miércoles, 27 de abril de 2016

Quién paga la reducción de costos en las empresas contratistas



La semana pasada nos llegó la información de varias empresas contratistas que veían reducido o suprimido su contrato con Petronor con la propuesta de despido de las personas que viene realizando esas tareas. También nos llegó la queja de unos compañeros que ya habían sido despedidos, tras un mes de contrato, debido a sus reclamaciones en materia de seguridad a la hora de trabajar. Entre otras cosas relataban accidentes encubiertos, trabajos en altura con arnés y sin línea de vida, soldadura y chorreo compartiendo espacio y otras cuestiones.

A partir de estas informaciones desde el Comité de Empresa se solicita una reunión urgente con la dirección para trasladar estos hechos y solucionar la situación de los compañeros afectados por estos cambios de contrato. Las empresas cambian pero la situación no es nueva, la hemos vivido en estos últimos tiempos con bastante frecuencia, actuando con mayor o menor fortuna.

Desde nuestro punto de vista es una práctica inaceptable que degrada la calidad del trabajo en general, además de una pérdida de valor humano, pues en su mayoría son personas que llevan muchos años trabajando y conocen los procesos, la forma de trabajar y las instalaciones, lo que redunda en una mayor seguridad y calidad del servicio.

Pero además de estas razones hay una fundamental, no podemos permitir que el ahorro en las ofertas de las empresas contratistas lo paguemos los y las trabajadoras viendo reducido nuestro sueldo y nuestras condiciones de trabajo. O al menos pensamos que cualquier representante sindical está precisamente para eso, para defender unas condiciones de trabajo dignas, y es indigno que te despidan cuando te quedan dos años para la jubilación, que no se dé importancia a ciertos trabajos, ni se valore la experiencia. Es indignante que no se tenga en cuenta a las personas que todos los días hacemos posible que funcione la refinería.

Por todo ello os pedimos el apoyo solidario y la empatía, así como emplazamos a todos los sindicatos a unir fuerzas para enfrentar esta amenaza. Con voluntad hay soluciones para esta situación, la dirección debe aplicar su política de responsabilidad corporativa para mantener a las personas que ocupan los puestos de trabajo como primera opción ante un cambio de empresa, y si no lo hace debemos prepararnos para luchar contra esta injusticia.

jueves, 21 de abril de 2016

Casetas de operaciones y salas de control





Hace más de un año que la dirección nos informó por primera vez del plan previsto para modificar las casetas de operaciones. Este proyecto se inició después haber llegado a acuerdos en convenio que, tras ser incumplidos por la parte empresarial, llevamos como Comité a la Inspección de Trabajo, la cual obligó a la empresa a modificar los citados espacios declarándolos lugar de trabajo.

Entre tanto aparecen las directrices del grupo con el plan Petronor Barria y, al proyecto inicial de adaptación de las casetas exigido por la inspectora de trabajo, se une la modificación de las salas de control. Esta información nos la han ido presentando en varias reuniones en las que se han recogido algunas de nuestras aportaciones, la mayoría en el ámbito de ubicación de las casetas. En cuanto a las salas de control no se ha aceptado ninguna modificación.

Entre otras razones no compartimos el proyecto de la empresa porque: dificulta el contacto entre el personal de operaciones aislando las salas de control; las dimensiones de las casetas son insuficientes para los periodos de formación; las oficinas de las salas de control replican un modelo que no nos convence por impersonal y falto de luz e intimidad; las ubicaciones propuestas no tienen en cuenta los flujos de trabajo en las unidades y van a provocar desplazamientos innecesarios de contratistas y personal de la casa; es imprescindible un sistema de presión positiva al menos en las casetas de servicio; no hay un criterio único con las casetas de servicios que en la Terminal tendrá un tratamiento diferente, además estas serán las de primera implantación cuando son innecesarias.

En cualquier caso lo más preocupante de todo esto es el fondo y no la superficie. El fondo es que se van a gastar unos 9 millones de euros en cuestiones que afectan en mayor parte a la forma, al aspecto de las salas de control para asemejarnos al resto de refinerías del grupo sin atender a las diferencias entre complejos industriales y refinerías, y sin mejorar las condiciones de trabajo en la mayoría de los casos.

Otra forma de ver el fondo del problema es que, debido a problemas estructurales, tenemos pendiente la reforma del edificio de laboratorio desde hace muchos años y nunca hay dinero suficiente. Pero ahora que desde el centro han decidido lo que necesitamos en la periferia, ahora que nadie en ésta dirección llama a las cosas por su nombre, se van a gastar ese montón de dinero en cosas innecesarias.