Como ya sabemos el
1 de enero entró en vigor la nueva norma de conducta, que fundamentalmente
sirve para aplicar en esta refinería los criterios y cultura en seguridad del
grupo Repsol. Debido a las dificultades de esta adaptación, pues la disposición
del complejo industrial difiere bastante de otros en que se aplica la citada
norma, se demoró su aplicación en algunos puntos. Actualmente se ha reconocido
una salvedad para el colectivo de operador/a de control, debido a las
dificultades que se iban a dar con el relevo si se imponía la obligación de
trabajar con ropa atex y los epis exigidos en la norma a este colectivo.
Hay que decir que
esta norma no está siendo respetuosa con otras normas de rango superior, como
es la Evaluación de Riesgos Laborales de cada puesto, pues exige una
sobreprotección sin tener ninguna justificación más que la uniformidad de
criterios. Sin embargo, en otras situaciones se relaja su cumplimiento desde el
inicio de su aplicación sin reflejar en ningún lugar estas alteraciones: en los
cargaderos, en la terminal, en los puestos de administración dentro de la línea
roja, en la propia línea roja que se mueve en función de criterios alejados de
la seguridad, etc,.
Esta forma de
proceder no nos sorprende, ya nos vamos acostumbrando a estas actuaciones
impactantes como la campaña de limpieza que pretende trasladar
responsabilidades al extremo más débil de la cadena, en vez de hacerlo a quien
se ocupa sistemáticamente de reducir el presupuesto de Mantenimiento y con él
la limpieza de unidades. Porque una cosa es manchar menos y otra quitar el
servicio de limpieza, o limpiar cuando vienen los reaseguradores y luego exigir
que se mantenga limpio.
Además hay cosas
que llevamos años solicitando en el CSSLyMA, como que se extreme el orden, la
limpieza y que se quiten los andamios antes del arranque de las unidades tras
las paradas, pero esto parece imposible de conseguir. Debe ser más importante
poner cerrillas en los fumaderos o hacer trabajar a la gente en un despacho con
zapatos de seguridad y ropa atex.
Hasta ahora lo que sí se ha conseguido con
el cambio de norma de conducta es crear confusión e incomodidades innecesarias
a todos los colectivos que trabajamos en refinería. También ha quedado patente
la intención uniformadora de la corporación sin atender a las razones de quien
conoce de primera mano instalaciones y operativas. Creer que este cambio de
norma va a mejorar la seguridad o reducir el número de accidentes es como
cuando los árboles no te dejan ver el bosque.
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